Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

EUZKO DEYA » Revistas del exilio

En esta sección queremos recopilar información en torno a las publicaciones impulsadas por exiliados y exiliadas vascas, por encima de ideologías, contenidos u orientaciones.

EUZKO DEYA,

Fotografía de EUZKO DEYA
París, Londres, Mexico, Buenos Aires

La cabecera periodística Euzko Deya (Llamada vasca) consituye un auténtico punto de referencia en la historia y la mitomanía del Partido Nacionalista Vasco a lo largo del exilio e, incluso, en nuestros días ya que no se debe olvidar que el diario más próximo a esta formación política siguen denominándose Deia, en grafía del vascuence unificado. De hecho, desde la guerra civil a nuestros días, y siempre directamente vinculada a las funciones de las Delegaciones del Gobierno Vasco, la citada publicación desarrolló cuatro ediciones diferentes en el exilio, en París, Londres, Buenos Aires y México.

Sin embargo, Euzko Deya ve la luz por vez primera en Bilbao, en 1916. Se trataba entonces de una publicación íntegramente escrita en euskara y vinculada a las juventudes del PNV, Euzko Gastedija. Con distintos avatares se publicó de manera mensual hasta 1923. Posteriormente, tendrían que transcurrir trece años para que la cabecera volviera a ser utilizada, esta vez en París, en unas circunstancias y con unos objetivos muy distintos a los iniciales.

En el verano de 1936 llega a la capital francesa, huyendo de los franquistas, Rafael Picavea, diputado a Cortes y periodista, propietario del diario donostiarra El Pueblo Vasco y de ideología próxima al PNV; Picavea se responsabiliza desde un principio de los asuntos vascos en esta ciudad. Poco después, en octubre del mismo año, es confirmado como delegado del Gobierno Vasco recien constituido en Gernika. A partir de este momento desarrolla una intensa tarea política y de propaganda dentro de la cual ocupó un lugar destacado el periódico Eusko Deya que iniciaría su nueva andadura el 29 de noviembre de 1936. Dirigido por Felipe de Urcola, director del donostiarra El Pueblo Vasco hasta su desaparición al inicio del conflicto, la nueva publicación iba a tener inicialmente una periodicidad bisemanal; más tarde, a partir del 4 de julio de 1937, las dificultades económicas obligaron a transformarlo en semanario. La carencia de medios se hacía evidente también en su pobreza de elementos gráficos.

Nacía Euzko Deya con una clara vocación propagandística. Así se justificaba el lema «La Voz de Euzkadi. La Voix des Basques» que acompañaba la cabecera de un periódico creado como forma de contrarrestar la ofensiva ideológica, desatada por los golpistas contra el conjunto de las fuerzas republicanas con el fin de evitar una intervención internacional en el conflicto. En este sentido, Euzko Deya iba dirigido a un público más amplio que los núcleos vascos exiliados; así lo demuestra la importante presencia de artículos escritos en francés, en aumento a medida que avanzaba la guerra en la península. En lo que a su estructura se refiere, Euzko Deya mantenía la organización característica de un periódico, con una primera plana que recogía la actualidad política y social del país en guerra y, en su interior, distintas secciones («Baiona’tik» -Desde Baiona-, «Naskaldiya» -Tiempo repugnante-, «Hojeando la prensa adversa»), comentarios, reportajes, artículos de opinión, hemeroteca y publicidad. Buena parte de estos trabajos aparecían sin firma o con distintos seudónimos: Oiz-Mendi, Txori Txiki (Juan Ecenarro), Nikasio, Abertzale, Atarrene, Gudaritxu, Donibanekoa y un largo etcétera.

En otras ocasiones, sin embargo, eran firmas de prestigio las que figuraban en las páginas de esta publicación. Podemos mencionar entre las de origen vasco al propio Rafael Picavea, Engracio de Aranzadi («Miguel de Beotegui»), Policarpo de Larrañaga («Pedro Duhalde»), el lehendakari José Antonio Aguirre, José María Benegas, José de Ariztimuño «Aitzol», Iñazio Eizmendi «Basarri», Isaac López de Mendizabal, Ander Arzelus «Luzear», Ambrosio Zatarain, Jesús Insausti, Andima Ibiñagabeitia; colaboradores españoles como José María de Semprún y Gurrea, V. Salas Viu, Ossorio y Gallardo, José Bergamín, Leocadio Lobo, J. García Gallego; periodistas europeos como Luigi Sturzo, padre de la democracia cristiana europea, Louis de Brouckère, Paul Vignaux, Louis Martin Chauffier y un largo etcétera a los que hay que añadir las firmas tomadas de otros semanarios y diarios como François Mauriac, colaborador de Le Figaro y Paris Soir, Pierre Dumas de Le Petit Démocrate, Geoffrey Frazer de Ce Soir, además de frecuentes textos de Vendredi, La Croix, La Jeune République y Le Matin entre otros. De la prensa del País Vasco los medios más mencionados son sin duda Le Sud-Ouest y las revistas Euzko Enda y Aintzina.

El común denominador de todos estos colaboradores y escritores lo constituía su credo religioso. En especial, los periodistas extranjeros serán presentados en muchas ocasiones como «Opiniones católicas». En este mismo sentido, las declaraciones de Pio XII y del clero, en general, ocuparon siempre un lugar destacado en las páginas de la publicación. Las razones que justificaban este hecho hay que buscarlas tanto en la ideología predominante en el Gobierno Vasco, como en la importancia de atraer a la causa vasca a los colectivos de intelectuales católicos europeos. Buena muestra de ello es el dato de que los dos comites franceses de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos fueron presididos por Monseñor Mathieu, obispo de Dax, y el escritor católico François Mauriac respectivamente.

Una vez finalizada la guerra, Euzko Deya de París volverá a aparecer en su segunda época que abarca hasta el año 1942.

Respecto a la edición londinense, ésta tuvo menor importancia debido a la menor presencia vasca en esta ciudad. No obstante, existía desde 1936 una Delegación Vasca a cuyo frente se hallaba José Ignacio Lizaso. Más tarde, en 1939, se incorporaría a la misma Manuel de Irujo. La existencia de dicha Delegación permitió la aparición en 1938 de la versión inglesa de Eusko Deya. The voice of the basques, publicación que en su misma cabecera indicaba ser una traducción de la edición francesa (English edition of «Eusko Deya» París). Dirigida por Ramón de la Sota Mac Mahon, tuvo una existencia efímera pues apenas aparecieron ocho números, de julio a diciembre de 1938, y estos de manera muy irregular.

Las dos ediciones americanas de Euzko Deya aportaron importantes novedades al no responder a la estrategia de la guerra civil sino a la necesidad de unir a los núcleos vascos desperdigados por este continente. La primera en aparecer fue la de Buenos Aires, el 10 de mayo de 1939, bajo la denominación «La Voz de los Vascos en América». Dirigida en su primera etapa, hasta 1946, por Ramón María de Aldasoro, se trata de uno de los medios de comunicación vasca de más larga existencia en el exilio. Con una periodicidad variable, sobrevivirá a la muerte de Franco, dejándose de publicar en diciembre de 1975, tras la aparición de 668 números. Durante ese tiempo se sucedieron tres directores: al ya citado Aldasoro le siguieron Francisco de Basterretxea (1946-1951), y Pedro de Basaldúa (1951-1975).

El periódico se difundía por toda América y poseía corresponsales y agencias en numerosos paises: Uruguay (Ricardo Guisasola), Chile (Vitoriano García Atxabal, en Santiago; Luis Urkixo, en Valparaíso, y José Luis Elorriaga, en Iquique), Perú (Víctor Andrés Belande), Colombia (Eugenio Gamboa), Cuba (José Luis de Garay), República Dominicana (Eusebio Irujo y Jesús de Galíndez), México (José María de Belausteguigoitia), Estados Unidos (Manu de la Sota, en Nueva York; Jon Bilbao, en Boise, y Juan Bilbao, en Salinas -Michigan-), Filipinas (Ricardo Larrabeiti), Venezuela (Juan de Olazábal), Australia (Alejandro Lekube), Gran Bretaña (José Ignacio Lizaso), Bélgica (Juan María Aguirre y Martín Lasa) y Francia (Pedro María Gárate)».

Respecto a la categoría de sus colaboradores basta reproducir la relación de los más conocidos, elaborada por Koldo San Sebastián: Jesús de Zabala, Violet Alford, Andrés María de Irujo, Bonifacio Echegaray, Andoni de Astigarraga, Victor Ruiz Añibarro, Alfonso Rodríguez Castelao, Pablo Archanco, Miguel Olano de Alzo, Hilario Olazarán de Estella, Mikel Zárate, Jesús Artola Goikoetxea, Julián Zugazagoitia, Santiago Cunchillos, Miguel José Garmendia, Isaac López de Mendizábal. A ellos se podrían añadir otros como Eulogio Artetxe o Juan León Cruzalegui.

En lo que se refiere a Euzko Deya de México, el órgano oficial de la Delegación vasca apareció el 1 de marzo de 1943, bajo el epígrafe de «La Voz de los Vascos en México». También en este caso será un medio con una larga continuidad, prácticamente hasta 1971. De carácter mensual, su primer director fue el periodista Francisco Turrillas Bordegaray, figurando como editor el impresor Antonio Ruiz de Azúa Zabalbekoa ‘Ogoñope’, alma de la publicación según Koldo San Sebastián. A partir del número 54, Julio de Jáuregui sustituyó a Turrillas y, a partir del número 79, lo hizo a su vez el heraldista Jesús de Garritz.

En sus contenidos no iba a diferir demasiado de sus homónimos de París, Londres y Buenos Aires, combinando noticias de carácter político con contenidos de información cultural y social. Ello justifica la presencia a lo largo de sus veintiocho años de existencia de firmas tan diversas como Manu de la Sota, Jesús de Galíndez, Pedro de Gringoire, José Luis de Garay, Josep Andreu, Manuel de Irujo, Vicente Amézaga, Pío Caro Baroja, Julio de Jáuregui, Tomás Echave, Telesforo de Monzón, Germán de Iñurrategui, Tomás García, Tomás Bilbao, Luis Ibarra, Antonio Urrestarazu Landazábal, Juan Beistegi, entre otros muchos.

Como se puede comprobar, Euzko Deya a lo largo del franquismo constituyó un auténtico referente de la oposición nacionalista al régimen militar, a la vez que permitió sostener una imagen activa del Gobierno Vasco en el exilio. En este sentido constituye un importante referente histórico y documental, pese a la parcialidad de sus contenidos y opiniones y a su excesiva oficialidad.

José Ramón ZABALA

BIBLIOGRAFÍA:

-EUZKO DEYA:. 1936-1939, edición facsímil, dos tomos, Donostia, Ediciones Vascas, 1979, 898 pp.
-DIAZ NOICI, Javier:
-“Euskal kazetaritza 50eko hamarkadan”, Donostia, Egan, 2001, pp.97-126.
-Euskal prentsaren sorrera eta garapena. Donostia, Eusko Ikaskuntza, 1995, pp.82-88, 249-271.
-ZABALA, José Ramón:
-“Aproximación a la hemerografía del exilio vasco. 1936-1960”. La Cultura del Exilio Vasco II. Editorial José Angel Ascunce. Donostia, 1994, pp.71-128.
-“Hegoalderantz begira. 1936ko euskal erbesteko prentsa Europan”, Donostia, Jakin, nº119, julio-agosto de 2000, pp.77-96.

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