Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

BOLETÍN DEL INSTITUTO AMERICANO DE ESTUDIOS VASCOS » Revistas del exilio

En esta sección queremos recopilar información en torno a las publicaciones impulsadas por exiliados y exiliadas vascas, por encima de ideologías, contenidos u orientaciones.

BOLETÍN DEL INSTITUTO AMERICANO DE ESTUDIOS VASCOS,

Fotografía de BOLETÍN DEL INSTITUTO AMERICANO DE ESTUDIOS VASCOS
Buenos Aires

Al amparo del llamado Instituto Americano de Estudios Vascos, surge en Buenos Aires, en 1950, una publicación de gran importancia en el desarrollo cultural vasco de posguerra, tanto por su larga existencia, cuarenta y tres años, como por la calidad de sus colaboradores. El germen de este proyecto fue una propuesta realizada por Andrés de Irujo de crear una institución que velase por el estudio de la historia y de la cultura del País Vasco. Esta propuesta complementaba su otra gran iniciativa, la de la Editorial Vasca Ekin. Como resultado de la propuesta, el 20 de julio de 1943, en plena guerra mundial y en un país adepto a los nazis, se daba a conocer el nuevo Instituto, en el cual se confundían los nombres de los exiliados con los de importantes personalidades argentinas de ascendencia vasca.

Andrés no descansaba. El 20 de Julio de 1943, en Buenos Aires «captadora vigilante de las nobles inquietudes europeas entre las que se cuentan las del pue¬blo euskaro en torno a su propia historia y lengua» nació el Instituto Americano de Estudios Vascos, la otra gran labor que le debemos porque aunque hubo mucha gente implicada en la tarea, el empeño y el seguimiento fueron íntegramente de Andrés. Los firmantes eran los siguientes: Enrique de Gandía, Justo Gárate, Andrés María Irujo, Elpidio Lasarte, Gabino Garriga, Bonifacio de Ataun, Miguel de Alzo, Francisco Madina, Isaac López Mendizabal, Félix Liozaga, Leo Goiti, Pedro de Basaldúa, Eulogio Ayanz, Ildefonso Gurruchaga, Carlos Cucullu. Posteriormente otros nombres se inluirían en la nómina del Instituto: Nicolás Esandi, Santiago Cunchillos, Pedro Echeverría, Rómulo Zabala, Francisco Basterrechea, Vicente Amezaga y Juan León Cruzalegui. Para el logro de sus objetivos la nueva institución monstraba su disposición a la organización de conferencias, jornadas, congresos de estudios, edición de obras y toda clase de publicaciones. En agosto de ese mismo año se aprueban los estatutos de la nueva entidad, redactados por Gandía, Ayanz, Irujo y Lasarte, y se nombra como Presidente a Nicolás Esandi, obispo de Viedma; a su muerte, en 1948, le sucedería Antonio Sagarna. En general, es muy llamativa la presencia de personalidades del mundo religioso tanto en el Instituto como en su posterior Boletín. Las Vicepresidencias recaerían en Elpidio Lasarte y Justo Gárate, mientras Andrés Irujo se hacía cargo de la Secretaría de Actas. Los socios fundadores ascendían a 22 y el Instituto debía constar por disposición estatutaria de 42 miembros numerarios, vitalicios, con voz y voto. Por este motivo se eligieron nuevos miembros: Juan José Guaresti, Juan José Espene (presidente del Centro Vasco-Francés), José Urbano Aguirre, Esteban Ochoa (presidente del Centro Vasco. Argentino “Gure Etxea”), Salvador Oria, Guillermo Leguizamon, Antonio Sagarna, Michel Iriart, Saturnio Zamborain, Adolfo Bioy, Diego Joaquín Ibarbia, Noel Iribas, Pedro Mendiondo, José María Sarobe, Félix E. Etchegoyen, Ramón Mendizabal, José Guisasola, Carlos Alberto Erro, Antonio Lascurain, e Isidoro Fagoaga.

La iniciativa del Boletín fue una de las primeras en plantearse. Sin embargo, su puesta en marcha debió retrasarse en varias ocasiones como consecuencia de la penuria impuesta por la situación internacional, el escaso presupuesto con que contaba la nueva entidad y la carestía de la impresión. De hecho, el Boletín con su aparición permitió dar salida a numerosos trabajos de las distintas comisiones del instituto que hubieran debido editarse en formato de libro. Es más, alrededor de una veintena de publicaciones de la Editorial Ekin vieron previamente la luz en las páginas del Boletín.

El primer número del Boletín muestra como fecha la de abril-junio de 1950. Su formato será siempre el mismo hasta su desaparición en 1993, 26×20, formato de libro de bolsillo. Era un tamaño manejable que facilitaría su difusión clandestina y por correo Respecto al número de páginas, en los primeros años serán 64, 48 a partir de 1957. La portada siempre fue igual, una portada espartana que simplemente recogía el nombre de la publicación y un grabado de un dios indio y un árbol de seis ramas con la inscripción “Gurea berritzen” (Renovando lo nuestro). En el interior, en la primera página, el lema del Instituto: “Ustea ez da jakitea” (Creer no es saber), una auténtica declaración de principios. La aparición de la revista era trimestral, con una tirada de quinientos ejemplares, distribuidos en Argentina y el País Vasco a ambos lados de la frontera.

El Boletín conocería tres directores, el primero de ellos el sacerdote Gabino Garriga, centrado sobre todo en la recopilación bibliográfica. En 1964 le sustituyó el también sacerdote Bonifacio de Ataun. Finalmente la dirección va a recaer en Andrés Irujo quien había sido siempre el auténtico impulsor en la sombra de la publicación. La administración era la misma de la Editorial Ekin en la calle Perú 175, oficina 11, Buenos Aires.

El contenido del Boletín se organizaba siempre de manera similar. Una presentación o editorial sin firma que, normalmente hacía hincapié en alguna efeméride, y a continuación los trabajos de los colaboradores de la publicación. Nombres como el lehendakari José Antonio Agirre, Jesús de Galíndez, Pedro de Basaldúa, Isidoro de Fagoaga, Justo Gárate, Isaac López de Mendizabal, A. Laskurain, Gabino Garriga, Eneko Mitxelena, Iñaki Azpiazu, Idefonso Gurruchaga, Claudio Sánchez Albornoz, Michel lriart, Jokin Gamboa Eugene Goyeneche, Enrique de Gandía, José Miguel Barandiaran, Julio Colombises, Víctor Ruiz Añibarro Juan José Guaresti, Cecilia García de Gilarte, Miguel Pelay Orozco, José María Satrustegui, Francisco de Abisqueta William A. Douglas, María Elena Etchverry, Roslyn McFrank, Vicente Amezaga, Arantzazu Amezaga, Pello y Manuel Irujo Ollo, entre otros muchos. Después de las colaboraciones que si eran extensas se publicaban en partes, el Boletín mantenía su sección de “Libros y Revistas” donde se reseñaban obras de actualidad publicadas en Euskadi, todas las de Ekin, y sumarios de las revistas de cultura vasca; a continuación se recogía el apartado de “Informaciones” con las actividades de los Centros Vascos, de la Academia de Lengua Vasca-Euskaltzaindia y de las conferencias relacionadas con el País Vasco que se impartían tanto en Argentina como en otros países. que se dan sean en Argentina como en Venezuela o en México o en Euskadi. Finalmente, el “Inventario Bibliográfico Vasco (1892-1950)” cerraba la revista; se trataba de una, ambiciosa obra de archivo bibliográ¬fico que inició Gabino Garriga y que, más tarde, continuó Andrés Irujo. Al final de cada año, en el último número, se presentaba un “Índice” de temas y autores recogidos en el Boletín. Hay que mencionar también que, con el tiempo, hubo de incluirse una página necrológica en la contraportada de la revista para dar cuenta del fallecimiento de personalidades ligadas a la iniciativa. Esta sección la escribía también Andrés Irujo.

Respecto a la financiación de la revista, ésta fue siempre deficitaria. La escasa publicidad no permitía sufragar los numerosos gastos de publicación y, sobre todo, de distribución que generaba ésta. En los momentos en los que la Editorial Ekin logró algunos beneficios, permitieron una situación más desahogada para el Boletín. Por lo demás eran los ingresos de las suscripciones y las aportaciones de la colonia vasca las que permitieron que el Boletín siguiera adelante hasta que la enfermedad de su principal impulsor, Andrés Irujo, obligará a acabar con el proyecto en 1993.

Esta publicación no ha sido reeditada pero se conservan varias colecciones completas en las principales bibliotecas vascas.
José Ramón Zabala

ESTUDIOS
-AMÉZAGA IRIBARREN, Arantzazu: “Andrés Irujo Ollo. El documentalista vasco del exilio” en VV.AA.: Sesenta años despues. Euskal Erbestearen Kutura, tomo II, Editorial Saturrarán, Donostia, 1999, pp.259-284.
-ZABALA, José Ramón: “Aproximación a la hemerografía del exilio vasco” en VVAA: La Cultura del Exilio Vasco II. Donostia, Editorial José Angel Ascunce, 1994, pp.90-93.

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