Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

Andrés Irujo Ollo » Biografías

Hamaika Bide parte en sus trabajos de unos planteamientos al margen de partidos políticos o de encasillamientos ideológicos. De esta manera aborda el estudio de exiliados y exiliadas de cualquier condición o posicionamiento político entendiendo que todos ellos han realizado una aportación valiosa a la cultura del pueblo vasco. Por lo tanto en esta sección se irán intergrando biografías de personalidades vascas sin más nexo entre sí que el haber compartido un destino común: el exilio.

Irujo Ollo, Andrés

Fotografía de Andrés Irujo Ollo

BIOGRAFÍA
Andrés Irujo Ollo nacio en Estella el 30 de noviembre de 1907, festividad de San Andrés. Hijo de Aniana Ollo Elordi, (Estella, 1866-Buenos Aires, 1950) y Daniel Irujo Urra (Estella, 1862-Estella, 1911), primer profesor laico de la Universidad de Deusto, abogado y amigo de Sabino Arana Goiri (1865-1903) a quien defendió ante los tribunales en dos ocasiones. Era Andrés el menor de seis hermanos, Manuel (Estella, 1891-Iruña, 1981), Eusebio (Estella, 1893-Estella, 1968), María Rosario (Estella, 1894-Roma, 1925), Juan Ignacio (Estella, 1897-Caracas, 1969), Delfín (Estella, 1900-Madrid, 199?) y Josefina (Estella, 1902-Buenos Aires, 1992). Tres años más tarde nacería el último hijo del matrimonio, Pello Mari (1910-1983).

Al igual que el conjunto de sus hermanos, Andrés se afilió desde muy joven al Partido Nacionalista Vasco. Debido a ello sufrió la familia las consecuencias de la dictadura militar de Primo de Rivera. Manuel fue depuesto de su cargo de diputado foral y Delfín fue detenido en octubre de 1925. Finalizó Andrés los estudios de derecho en Madrid en 1930 y comienza a trabajar como pasante en el despacho de su hermano mayor Manuel. Al ser Manuel elegido diputado por Gipuzkoa en 1933, Andrés se hace cargo de la gestión del bufete. Fueron estos años de fecunda actividad laboral y política .

El 18 de julio de 1936 reciben Andrés y Manuel la noticia del levantamiento en el tren camino de Tolosa, a donde acudían como representantes de los intereses de la familia en la Papelera de la localidad. Ante la incertidumbre generada por los hechos deciden ambos hermanos dirigirse a Donostia, donde se encuentran varios diputados nacionalistas por Gipuzkoa convocando una reunión de emergencia esa misma noche. Tras horas de deliberación, los diputados jeltzales deciden hacer pública una nota anunciando la adhesión del Partido Nacionalista Vasco a la República, nota que se publica en el diario Euzkadi y en La Gaceta del Norte . Asimismo, el mismo 19 de julio por la mañana se reúnen varios miembros del Partido Nacionalista Vasco, entre ellos, los citados Manuel y Andrés Irujo junto a Josi María Lasarte con el gobernador Civil de Gipuzkoa, Jesús Artola Goikoetxea con quien diseñan un primer plan de actuación en la provincia. Una de las primeras medidas adoptadas fue la obtención de las armas y munición del cuartel de Loyola. En esta labor colaboraron nuevamente Andrés y Manuel Irujo, Rafael Pikabea, Juan Antonio Irazuzta y Josi Mari Lasarte, miembros todos ellos del PNV y, Miguel Amilibia, diputado del Partido Socialista. Asimismo, decidieron organizar la primera milicia vasca, integrada por voluntarios al mando del comandante Candido Saseta.
La noticia del alzamiento provocó en Gipuzkoa la organización de checas, tribunales incontrolados cuyos miembros condenaron a muerte sin causa justa ni apoyo legal a conocidos miembros de la derecha guipuzcoana. A fin de impedir ulteriores ejecuciones arbitrarias, se crea, bajo la presidencia del socialista Miguel Amilibia, la Comisaría de la Junta de Defensa de Gipuzkoa compuesta por los representantes de todas las fuerzas políticas de la provincia. Tras la renuncia del diputado socialista Amilibia, accede, presionado, a la presidencia de la misma Telesforo Monzón (Bergara, 1905-Baiona, 1981) quien, asimismo, renuncia. Por fin, Andrés Irujo, sin duda a instancias de su hermano Manuel, se hace cargo de la presidencia de dicha comisaría.

A fin de salvar el mayor número de vidas posible, se confinó, entre otros, a Víctor Pradera, Honorio Maura o Joaquín Beunza en el fuerte Guadalupe de Hondarribia. No obstante, a pesar de las medidas tomadas en este sentido, poco antes de la capitulación de Irun algunos de estos hombres serían fusilados por milicianos incontrolados. El crimen de Beunza fue ampliamente manipulado por la propaganda fascista, acusando de ello a decenas de personas inocentes, entre ellos a Andrés y Pello Mari Irujo, únicos miembros de la familia Irujo, junto a Manuel, que permanecían por entonces en libertad. A causa de los desmanes ocurridos en Irun previa capitulación de la plaza, la Junta de Defensa de Gipuzkoa decide retener en la ciudad, hasta el último momento, a un contingente de tropas leales a la República a fin de evitar desmanes. Además de vidas salvaguardas, la Junta de Gipuzkoa los bienes patrimoniales públicos y privados de la ciudad. Andrés Irujo se ocupó, personalmente, de la salvaguardia de la biblioteca y bienes documentales de Julio Urquijo.

Tras la caída del frente de Gipuzkoa, Andrés se dirige, junto a su hermano Manuel a Madrid, Valencia y Barcelona respectivamente, actuando como secretario personal del ministro de justicia. En línea con su actuación como secretario del ministerio de justicia, comienza Irujo en 1938 a trabajar como secretario de la Sección Vasca de Amigos de la República Francesa. Su labor consistía básicamente en localizar y elaborar un listado de refugiados vascos en el estado francés así como en suministrar cobijo, alimentos y asistencia médica o trabajo a quien lo necesitara.

La invasión alemana obliga a muchos vascos a emprender el camino a América. De este modo parte Irujo con su madre, Aniana Ollo, su hermana Josefina y su familia, a Argentina a finales de 1940. Llegan a Buenos Aires en diciembre de dicho aqo donde son recibidos por la colectividad vasca de la localidad. En virtud del decreto de Roberto Ortiz Lizardi (1882-1942) toda la familia obtiene, en menos de un mes, la nacionalidad argentina. En el exilio argentino emprende Irujo dos ambiciosos proyectos culturales, la creación de la editorial vasca EKIN y la organización del Instituto Americano de Estudios Vascos así como, a partir de 1950, la edición del Boletín de dicho instituto, labores que llevara a cabo hasta su muerte en 1993. A los pocos meses de la llegada a Buenos Aires, propone Irujo, junto a Ixaka López Mendizabal (Tolosa, 1879-Donostia, 1977), nieto del célebre editor tolosarra del mismo nombre, a Ramón María Aldasoro (Tolosa, 1897-Buenos Aires, 1952) la aventura editorial EKIN . No obstante, la Delegación del Gobierno Vasco en Argentina no contaba con los fondos necesarios para levantar la editorial, de modo que la empresa se financió con donaciones particulares, concretamente, con la colaboración financiera de Amorrortu y el aporte editorial de los hermanos Estornés Lasa de Roncal, los cuales permitieron la reedición de algunas de las obras de la editorial Zabalkundea. Asimismo contribuyó en esta empresa el sacerdote Jorge Riezu quien adquirió parte del fondo Julio Urquijo. Es así como se funda, con sede en la calle Perz 175 de Buenos Aires, la sociedad regular limitada Editorial Vasca EKIN, con un capital inicial de 15.000 pesos. Ciertamente poco para una empresa de tal envergadura. La situación económica de la editorial fue siempre deficitaria. En carta a Vicente Amezaga, fechada en enero de 1954, y en relación con la edición de libros en euskera, Irujo calcula que no podra cancelar las deudas de la editorial en al menos dos años. Las crisis se suceden, de este modo EKIN no publica nada desde agosto de 1953 hasta agosto de 1954. Sobre esto, además, Irujo permanece en cama desde enero a marzo de 1955 . Tras la crisis financiera y de salud por la que atraviesa Irujo de 1953 a 1955, emprende el de Estella una nueva fase en la editorial con nuevas ideas y horizontes. Además de la crónica situación económica de EKIN, varias de las publicaciones suscitaron controversias políticas en un país que, durante los años de gobierno de Juan Domingo Perón, estrechó lazos de unión con el gobierno de Franco. De este modo, el título ¿Para qué? de Ansaldo provocó no pocas tensiones, debido fundamentalmente a la denuncia formulada por Areilza a causa de su publicación y posterior difusión. EKIN permanece clausurada por la policía los días 8 y 9 de noviembre.

La segunda gran obra de Andrés Irujo en el exilio fue la creación y desarrollo del Instituto Americano de Estudios Vascos, del cual fue decidido y principal impulsor a lo largo de su vida.
El 20 de julio de 1943 se crea en Buenos Aires el Instituto Americano de Estudios Vascos, institución captadora vigilante de las nobles inquietudes europeas entre las que se cuentan las del pueblo euskaro en torno a su propia historia y lengua. En Buenos Aires, concretamente en la casa de uno de los socios fundadores, Enrique de Gandía, un grupo de argentinos de ascendencia vasca y de vascos residentes en quienes alienta la conciencia y el pundonor de la estirpe patente en el misterio del apellido le dieron vida por el sencillo procedimiento de estampar sus nombres en la primera pagina del que sería su libro de actas . En este acto se constituye la asociación cultural. El espíritu que guiaba este proyecto era, tal como refiere el artículo segundo de los estatutos adoptados en la segunda sesión, el 19 de agosto siguiente, unir a los amantes del País vasco, especializados en algún aspecto de su prehistoria, historia, antropología, folklore, lengua, literatura, derecho, economía, arte y demás ciencias, e intensificar estos estudios, profundizando en ellos y divulgándolos . Con dicho fin el Instituto promociona la celebración de conferencias, jornadas, congresos de estudios, edición de obras y toda clase de publicaciones encaminadas a investigar y divulgar el pasado, presente y futuro de la historia y cultura del pueblo vasco. El 19 de agosto de 1943 se celebra una segunda sesión en la cual se aprueban, por unanimidad, el estatuto social de la institución, cuya redacción quedó a cargo de Eulogio Ayanz, Enrique de Gandía, Andrés Irujo y Elpidio Lasarte. Seis días más tarde, el 25 de agosto de 1943, son elegidos de mutuo acuerdo y por unanimidad, las autoridades que dirigirán la institución durante un año a partir de la fecha. En este sentido es elegido presidente de honor, monseñor Nicolas Esandi (Bahma Blanca, 1876-1948). Vicepresidente primero, Elpidio Lasarte; vicepresidente segundo, Justo Garate; secretario general, Santiago Cunchillos; tesorero, Carlos Cucullu; vicetesorero, Juan León Cruzalegui y, secretario, Andrés Irujo.

En junio de 1950 se publica el primer Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos con sede administrativa en la dirección de la editorial EKIN, esto es, calle Perz 175, oficina 11, Buenos Aires. Con una tirada de 500 ejemplares el boletín llega, además de a las diversas colonias vascas de América en Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, México, Estados Unidos y Venezuela. Además, tal como declara el Instituto en su primer número, dicho boletín llega a Baiona, Bilbao, Pamplona, San Sebastian, Urrugne, Vitoria y a donde quiera que sea. De tirada trimestral, se imprime sin ninguna interrupción desde su creación hasta 1993, excepción hecha del año 1978, año que coincide con el matrimonio de Irujo. El primer director del Boletín fue el sacerdote Gabino Garriga, quien además de escribir artículos, se encargó de la referencia bibliográfica del boletín. En 1964 renuncia Garriga a la dirección del boletín debido a su avanzada edad y estado de salud. Asume entonces la dirección, si bien por poco tiempo, el también sacerdote Bonifacio de Ataun. Finalmente la dirección recae en Irujo . Bajo el lema “ustea ez da jakitea”, esto es, creer no significa conocer, cientos de artículos ven la luz en dicho boletín, que se convierte, rápidamente, en el primer referente de la cultura vasca en el exilio. La labor del Instituto de Estudios Vascos es por tanto, ímproba. Tal como afirma Arantzazu Amezaga muchos de los libros de la editorial EKIN se deben al Instituto o colaboradores del mismo.

A más de la labor editorial o, más bien, paralelamente a ésta, escribe y publica Irujo dos libros, Los Vascos y la República Española. Contribución a la historia de la guerra civil, 1936-1939, publicado en diciembre de 1944 y en el que narra los acontecimientos vividos por el autor durante los primeros meses de la guerra en Gipuzkoa, y Los Vascos y las cruzadas, prologado por P. A. Sanchez de Gamarra y ilustrado por Kerman Ortiz de Zarate, publicado éste último en noviembre de 1946. Ambos ven la luz bajo el seudónimo de Andrés de Lizarra. Además de su labor bibliográfica dejó Andrés Irujo una cincuentena de artículos en el Boletín del Instituto de Estudios Vascos. Mención especial merecen los últimos artículos de Irujo, que constituyen una compilación de apellidos de origen vasco en Buenos Aires. Este trabajo fue, tal vez, inspirado por Vicente Amezaga quien impulsó en 1944, tras la creación del Departamento de Estudios Vascos en la Universidad de la República del Uruguay, la tarea de recoger y clasificar los apellidos de origen vasco en aquel país. Trabajo que si bien no pudo publicar en su día EKIN, conoció y valoró Irujo en su relación epistolar con Amezaga.

En 1978 se casó Irujo, que contaba entonces con 71 años, con María Helena Etxeberri, medico, hija de Etxeberri, amigo de Irujo y autor de , libro que trata sobre la incidencia del factor RH negativo en Euskal Herria. Murió Andrés Irujo en octubre de 1993, en Buenos Aires, ciudad donde residió los 53 años de su exilio. Esta enterrado en Buenos Aires.

Xabier IRUJO

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