Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

Sebastián Amorrortu Beitia » Biografías

Hamaika Bide parte en sus trabajos de unos planteamientos al margen de partidos políticos o de encasillamientos ideológicos. De esta manera aborda el estudio de exiliados y exiliadas de cualquier condición o posicionamiento político entendiendo que todos ellos han realizado una aportación valiosa a la cultura del pueblo vasco. Por lo tanto en esta sección se irán intergrando biografías de personalidades vascas sin más nexo entre sí que el haber compartido un destino común: el exilio.

Amorrortu Beitia, Sebastián

Fotografía de Sebastián Amorrortu Beitia
(Bilbao, 1867 – Buenos Aires, 1949)

Estudios: Primarios

Profesión: Impresor

Actividad cultural: Editorialista

Exilio: 1910-1949

Lugar de exilio: Argentina

Sebastián Amorrortu Beitia nació en Bilbao el 20 de enero de 1867, siendo bautizado al día siguiente en la Basílica de Santiago el Mayor. Fue el mayor de seis hermanos de una familia trabajadora de clase media. Su padre era maestro de obra prima, artesano zapatero. Por condición social, Sebastián estaba destinado al aprendizaje de un oficio para de mayor poder tener un trabajo de especialista que le permitiera una situación económica más bien cómoda. A los 13 años empezó a trabajar en las Artes Gráficas.

Desde joven, en medio de las letras de la imprenta, tomó conciencia de la realidad del pueblo vasco y de su puesto en su sociedad a través de la lectura de publicaciones de marcada ideología vasca como Revista Euskera y Euskalerria. Al mismo tiempo, como discípulo y compañero de Sabino Arana, asumió la ideología y la militancia del nacionalismo sabiniano, comprometiéndose en la lucha cultural e ideológica de su País.

En 1889, a los 22 años, se casó con Sergia de Urtiaga con la que tuvo una hija, Lucila. En 1893, habiendo quedado viudo, contrajo matrimonio con Francisca de Elexondo Arrizuria, con la que tuvo ocho hijos. A los 24 años, 1891, fundó una pequeña imprenta, librería y editorial en el Casco Viejo bilbaíno, en la calle Jardines, nº 3. Bautizó el pequeño negocio con el nombre de “Euzko Izarra”, nominación altamente significativa para reflejar sus ideales de vida y de ideología. Esta imprenta editó la práctica totalidad de las publicaciones patrióticas que aparecen en Bilbao. En sus máquinas se imprimieron también la mayoría de las obras de Sabino Arana, entre las que destaca por su importancia histórica Vizkaya por su independencia. Cuatro glorias patrias (1898).

El 3 de junio de 1893 tuvo lugar en el caserío Larrazabal de Begoña el famoso discurso de Sabino Arana, conocido como Discurso de Larrazabal, en el que el líder nacionalista expuso las razones para asumir una postura reivindicativa a favor de la causa vasca y en contra del dominio cultural y político de España. La historia del nacionalismo vasco de signo independentista se había puesto en marcha. A los pocos días, concretamente el 8 de junio de 1893 nació en los talleres de la imprenta Euzko Izarra el periódico Bizkaitarra, en cuyas páginas publicó Sabino Arana un número importante de artículos, en los que fue desgranando todo su pensamiento nacionalista. La historia del nacionalismo vasco debe mucho a la labor y a la entrega de Sebastián de Amorrortu.

El enfrentamiento entre el nacionalismo sabiniano y las autoridades gubernamentales fueron muchas y frontales. El 31 de julio de 1895, día de San Ignacio, se constituyó el Partido Nacionalista Vasco. Un proyecto cultural se reconvertía en opción política. Desde ese momento, la reacción oficial se endureció. A los pocos días Sabino Arana fue detenido (28 de agosto) y condenado a prisión tras ser acusado de “incitación a la rebelión”. El 5 de septiembre era prohibida la edición del Bizkaitarra. Un verdadero alud de prohibiciones, condenas, sanciones, etc., se sucedieron. En este ambiente de vetos y persecuciones, se fue desarrollando la actividad Amorrortu. Publicó títulos de su amigo y maestro tan significativos como Lecciones de Ortografía del Euskera Bizkaino (1896), Renacimiento de la Historia y Lengua de Vizcaya, etc. Imprimió el semanario Baserritarra, que corrió la misma suerte que su hermano mayor Bizkaitarra. . Apareció en mayo de 1897 y fue clausurado por orden gubernativa en agosto de ese mismo año, después de publicarse 18 números. La lista de trabajos de Sebastián de Amorrortu en pro de la cultura y de la lengua vascas fue considerable. Por esa causa, como Sabino Arana y otros nacionalistas, sufrió la persecución de las autoridades gubernativas. Experimentó la cárcel y fuertes sanciones económicas que le llevaron a estar en diferentes ocasiones al borde de la quiebra. La situación era ya insostenible. Las presiones gubernativas eran cada vez más fuertes y frecuentes. Ante esta situación tuvo que optar por el exilio. Su destino fue Argentina, país que conocía por referencia de otros emigrantes y exiliados anteriores.

A principios de 1910, en un estado de crisis total, se embarcó hacia Argentina, “contratado por el diario Nueva Provincia de Bahía Blanca. Poco tiempo permaneció en la ciudad sureña, que dejó para bajar a Buenos Aires como encargado de los talleres de la editorial católica Alfa y Omega” (Astigarraga, 1986, 67). En noviembre del mismo año llegó su esposa con sus seis hijos, el séptimo nacería en Argentina. La familia Amorrortu se reunía con un nuevo plan de existencia pero con los ideales de siempre. Daba comienzo la vida en el exilio de un emigrante de carácter político (Ascunce, 58).

Sebastián de Amorrortu era un hombre emprendedor. En 1915, se estableció por su cuenta con unos medios mínimos, una “minerva” y unos tipos, los imprescindibles, para poner en marcha su aventura empresarial. Las carencias eran muchas, pero le sobraba, en cambio, ganas y voluntad de trabajo. En unos bajos de la calle Córdoba 1758 con su minerva inició el negocio familiar. Los inicios fueron tan duros como humildes. Fueron muchas horas de trabajo, pero poco a poco la situación se fue despejando. Con el tiempo, la empresa ofrecía un futuro prometedor. En 1922 llevó su negocio a la calle Ayacucho, muy próximo a la Facultad de Medicina, haciéndose cargo de la publicación de los manuales de medicina, lo que le dio una gran seguridad económica y una fuerte estabilidad comercial. La imprenta de “Artes Gráficas. Sebastián de Amorrortu e Hijos, S.A.” adquirió un sólido prestigio, renombre que fue acrecentándose, incluso después de su muerte, siendo sus hijos los gestores del negocio. Lo que inicialmente fue un pequeño taller terminó siendo una de las imprentas más dinámicas y modernas del país.

“De su imprenta, bajo su meticuloso control, salieron los ejemplares de Nación Vasca y buena parte de los libros y folletos patrióticos que conoció el pueblo argentino” (Astigarraga, 1986, 68). Muy en la línea de sus ideales primeros, fueron publicadas por sus hijos por primera vez, después de la muerte de Sebastián, las Obras completas de Sabino de Arana. Fue el reconocimiento más sincero y el homenaje más serio que sus hijos le podían ofrecer.

La mayor parte del tiempo libre que le dejaba la imprenta la dedicó a hacer realidad los compromisos políticos e ideológicos que había traído de su tierra. En tierras argentinas, se convirtió en uno de los activistas más dinámicos de la causa vasca. Con varios amigos, que habían corrido una suerte muy similar a él, constituyó el Argentina Buru Batzarque a modo de Junta Municipal del Euzkadi Buru Batzar comenzó a actuar en el primer Batzoki de Buenos Aires, sito en la calle Tacuarí. Una de sus mayores preocupaciones fue agrupar a los emigrantes vascos para poder crear en todos ellos unas inquietudes ideológicas que les convirtieran en abertzales comprometidos. Es difícil, por no decir imposible, encontrar una figura con una entrega más completa y más incondicional a la causa vasca.

A partir de 1936, cuando se inició el exilio colectivo vasco a la Argentina, éste encontró en Sebastián de Amorrortu no solo un colaborador sino especialmente un buen amigo y protector. Ayudó en lo que pudo, que fue mucho, a las familias desvalidas de la diáspora vasca que llegaban con la única riqueza de sus vidas y de su potencial humano. Una de las ayudas y de las mediaciones más importantes fue la prestada a la Editorial Ekin. La materialización de la Editorial “Ekin”, la gran realización cultural del exilio vasco, se debe en buena parte a Sebastián de Amorrortu. Cuando Isaac Lopez Mendizábal y Andrés Irujo le expusieron la idea de crear una editorial que recogiera la labor de los exiliados en los campos de la historia y de la cultura en momentos tan aciagos para el país, Sebastián de Amorrortu se prestó sin condiciones. No solo cedió su imprenta a la editorial Ekin, sino que les adelantó el capital hasta el momento en que la editorial pudiera ser solvente. Además ofreció su asesoramiento en la impresión y edición de los libros. Sebastián de Amorrortu puso en manos de Andrés Irujo e Isaac Lopez Mendizábal un “cheque en blanco”. Sin su colaboración la Editorial Ekin hubiera quedado en un prometedor proyecto sin viabilidad práctica.

Amorrortu murió en Buenos Aires el 4 de mayo de 1949. Tenía ochenta y dos años. Con una gran humildad, pero con una entrega sin límites, había vivido una larga vida respetando los ideales más sublimes del hombre en la historia y en la existencia: Dios, Patria, familia y trabajo, ratificándolos con la moralidad de su ejemplo. Su largo exilio en tierras argentinas fue la consecuencia de un ideal inquebrantable y de una coherencia personal admirable. Mantuvo vivo el ideal que le habían negado y le seguían privando en su solar patrio. Murió el hombre, pero permaneció vivo su ejemplo. Fue, como afirma el profesor José Ángel Ascunce: “la aureola de un patriarca que después de muerto sigue manteniendo vivo el ideal del amor y de la entrega a la causa de su pueblo y de su tierra, de su País Vasco”

Bibliografía

ASCUNCE, José Ángel: “Sebastián de Amorrortu: hombre de ideales y de realidades”. Diario Vasco, San Sebastián, 19 de marzo de 1992, p. 58.

ASTIGARRAGA, Andoni de: “Amorrortu Beitia, Sebastián de”, Abertzales en Argentina. Bilbao: Ediciones Alberdi Argitaldaria, 1986, pp. 67-68.

.- “Sebastián de Amorrortu. Impresor de Sabino”. Muga , año 11 nº 77. Bilbao, 1991, pp. 10-19.

SAN MIGUEL, Ma Luisa: Ekin: “La aventura editorialita de exilio vasco”. Sesenta años después. Euskal Erbestearen Cultura. Tomo,1 (Edic. Xavier Apaolaza, José Ángel Ascunce, Iratxe Momoitio)San Sebastián. Editorial Saturraran , 2000, pp 389-404.

SAN SEBASTIÁN, Koldo: El exilio vasco en América. 1936/1946- Acción del gobierno. Andoain: Editorial Txertoa, 1988, pp 71-73.

ZABALA, José Ramón: “Ekin, una luz en el túnel (Las editoriales del exilio)", La cultura del Exilio Vasco II. Prensa-Periodismo, Hemerografía, Editoriales, Educación y Universidad (Edic. José Ángel Ascunce y María Luisa San Miguel). San Sebastián: José Ángel Ascunce Editor, 1994, pp. 142-144.

Autora: María Luisa San Miguel

Subir