Euskal Erbesteen Kultura – La Cultura de los Exilios Vascos

Pedro Armillas Carrasco » Biografías

Hamaika Bide parte en sus trabajos de unos planteamientos al margen de partidos políticos o de encasillamientos ideológicos. De esta manera aborda el estudio de exiliados y exiliadas de cualquier condición o posicionamiento político entendiendo que todos ellos han realizado una aportación valiosa a la cultura del pueblo vasco. Por lo tanto en esta sección se irán intergrando biografías de personalidades vascas sin más nexo entre sí que el haber compartido un destino común: el exilio.

Armillas Carrasco, Pedro

Fotografía de Pedro Armillas Carrasco
(San Sebastián, 1941 – Chicago, 1984)

Estudios: Antropología cultural.

Profesión preferente : Antropólogo.

Actividades culturales: Profesor universitario, arqueólogo, antropólogo.

Exilio:1939- 1986.

Lugar y fecha de exilio: 1939 México.

1948 Estados Unidos .

El donostiarra Pedro Armillas protagoniza un claro exponente del trabajo y de las conquistas científicas del exilio español en el campo de la ciencia antropológica. Nació en San Sebastián el 9 de septiembre de 1914. Hijo de comerciantes, quienes por azares de la propia economía marchan primero a Madrid e inmediatamente después a Barcelona. Se matricula en la Facultad de Ciencias con el fin de estudiar arquitectura (1932-1933). Al año siguiente entra en Bellas Artes con la finalidad de hacer pintura (1933-1935). Sin embargo, su afición por la lectura, le llevan a abandonar la Facultad de Bellas Artes para ingresar en la de Filosofía y Letras. Cursa el primer año académico (1935-1936). Durante el periodo vacacional, estalla la Guerra Civil.

Pedro Armillas nunca fue muy activo políticamente, excepto en vísperas de la guerra, cuando tuvo que tomar partido. Se inclino más bien hacia los marxistas, pero un marxismo con tildes socialistas. Por las propias palabras de Pedro Armillas que su militancia política fue más circunstancial e impuesta por las circunstancias históricas que por convencimiento o vocación.

Se especializa durante la guerra como topógrafo artillero, aspecto fundamental para comprender su destino posterior y su formación como antropólogo en México. A punto de terminar la guerra su batallón recibe orden de abandonar. Pasa a Francia con su mujer por la Junquera e inicia, de esta manera, su vida de exiliado. Contacta con los emisarios del gobierno mexicano y no duda en orientar su vida hacia el país azteca.

A la edad de 24 años llega a México. En un primer momento viven de la ayuda de la SERE. Era esta una situación muy provisional que no ofrecía garantías de continuidad. Por eso, tuvo que buscar un trabajo remunerado para poder llevar una vida digna sin privaciones ni estrecheces. Gracias a unas cartas de recomendación consiguió un puesto de trabajo estable y bien pagado como Ingeniero de la Comisión Agraria de Chiapas. Tuvo que pergeñar los documentos porque los únicos estudios que tenía el antropólogo vasco eran conocimientos muy rudimentarios de topografía adquiridos en la Escuela Popular de Guerra durante los primeros meses de la contienda civil. Dichos conocimientos fueron suficientes en aquella época para poder integrarse a la plantilla de trabajo de la Comisión Agraria de Chiapas. Este primer trabajo le puso en contacto con los pueblos indígenas de la zona, sintiendo que su vocación por la nueva cultura y por la nueva vida que estaba conociendo se iba acrecentando día a día. Si en un primer momento se siente inclinado por la etnografía viva de los pueblos primitivos que visitaba, con posterioridad se siente atraído por su cultura milenaria y por las culturas prehispánicas de su nueva patria. Los primeros conocimientos de las comunidades indígenas que tiene Pedro Armillas son a través de la observación y el contacto que le brinda su trabajo de topógrafo. Desde un principio une en su metodología de trabajo estos dos requisitos esenciales: cientifismo y humanismo.

Se matricula a la edad de 26 años en el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Su condición de hombre casado y responsable de una familia le obliga a alternar en el mismo instituto aprendizaje y docencia. Durante esta época y por su condición de topógrafo participa en las excavaciones de Xochicalco, descubriendo el famoso “juego de la pelota”. Con el equipo de Alfonso Caso lleva a cabo las excavaciones de Teotihuacan y Montealbán. Los años 1943-1944 se hace cargo de la ayudantía de la cátedra de arqueología mexicana. Al curso académico siguiente, al pasar Alfonso Caso a la rectoría de la Universidad, asume la titularidad de la asignatura. “En el ambiente universitario de la INAH. Pedro Armillas se encuentra plenamente integrado, desarrollando una gran labor docente y una importante labor investigadora” (José Angel Ascunce. Diario Vasco. San Sebastián, 9 de Abril de 1991). Sus primeras publicaciones científicas en torno a las excavaciones de Teotihuacan y a las fortalezas de Michoacan son precisamente de esta época. Sin embargo, las necesidades económicas de la familia no podían ser cubiertas con el pobre sueldo que recibía como profesor universitario. Tuvo que abandonar la universidad y dedicarse a otros menesteres más lucrativos. Estas labores ajenas a los estudios de antropología no le hacen abandonar ni el interés ni la dedicación. Los títulos de sus trabajos de investigación van aumentando, y con ellos su prestigio. En 1946 obtiene la beca Guggenhein, lo que le permite trasladarse a los Estados Unidos y continuar, de esta manera, su formación científica sin problemas económicos. Primero en México, en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, después en Estados Unidos, Pedro Armillas adquiere una sólida formación tanto teórica como práctica.

Pedro Armillas, como una gran mayoría de exiliados vascos y españoles, adquirió la nacionalidad mexicana, consciente de que México le había proporcionado un clima espiritual idóneo para desarrollarse humanamente y unos medios económicos suficientes para poder vivir con dignidad. Aunque nunca olvido sus raíces, su identidad en las circunstancias de su presente existencial se denominó México.

A su vuelta de Estados Unidos, después de un año intenso de aprendizaje y trabajo, vuelve a México con las ideas muy claras de lo que tiene que ser la arqueología antropológica. Muestra públicamente su disconformidad con su maestro Alfonso Caso. El prestigio y la autoridad académica y política de su maestro hace que sea marginado de centros de decisión y atacado por grupos diferentes de antropólogos especialmente de origen mexicano. Las hostilidades llegan a tal punto que Pedro Armillas se plantea muy seriamente su continuidad en México. Los problemas de convivencia y trabajo se agudizan. Tiene que optar por su salida de México, se instala definitivamente en los Estados Unidos. Este será el segundo destierro real que sufre el científico vasco.

Es contratado, en primer lugar, en Mexico City College como profesor de Antropología. Más tarde trabaja en el Panamericane Institute of Geography and History. Con posterioridad, desarrolla su magisterio y sus trabajos de investigación en la Universidad de Michigan, en Southern Illinois University, en la Universidad de Chicago, etc. Los lugares de trabajo y estudio fueron diversos, pero el campo de los mismos siempre fue el mismo, la arqueología y antropología en torno a las culturas prehispánicas.

En Estados Unidos desarrolló una gran labor académica lejos de las presiones anteriores. Excava los yacimientos arqueológicos de Tabasco, de Zacatecas, del Valle de México, de Tláhuac, etc. En esta simbiosis de estudio e investigación se encuadran sus libros y sus artículos publicados en las revistas y editoriales más prestigiosas del mundo. Entre los títulos más importantes dentro de su amplia bibliografía caben ser destacados Programa de historia de la América indígena (Washinttong, 1956), The native period in the history of the New World (México, 1962) o sus múltiples colaboraciones en La enciclopedia americana de Nueva York.

La muerte de Pedro Armillas en momentos de mayor creatividad y aportaciones científicas significó un duro golpe a las ciencias antropológicas, ya que con él desaparecía uno de sus representantes más cualificados. La huella que dejó con sus estudios y publicaciones fue tan profunda que, hoy en día, después de los años trascurridos, su nombre y su trabajo siguen presentes, ocupando un lugar de honor en la historia de los estudios antropológicos de América.

Terminamos con las palabras de otro insigne intelectual exiliado Juan Antonio Ortega y Medina: “El volumen de la obra escrita por Pedro Armillas no es mucho, pero su influencia como maestro es grande así en México como en los Estados Unidos. Toda una generación de mesoamericanistas está ligada a la enseñanza y al contacto personal con el antropólogo donostiarra: Eric Wolf, William Sanders, René Millon, Robert Adams, José Luis Lorenzo, Claudio Esteva y muchos otros” ( “Antropología” en El exilio español de México 1939-1982, México. 1982. Pág, 358). Sin lugar a dudas, Pedro Armillas fue otra de las mentes preclaras perdidas para nuestra cultura pero ganada por esas circunstancias de la vida para las ciencias americanistas.

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-”Exploraciones recientes en Teotihuacán”. En: Cuadernos Americanos, n 4, pp.121-136, México. 1944

-”Los dioses de Teotihuacán”. En: Anales del Instituto de Etnología Americana, vol.VI, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.1945

-”Los Olmeca-Xicalanca y los sitios arqueológicos del suroeste de Tlaxcala”. En: Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, vol. VIII, pp. 137-145, México.1946

-”La serpiente emplumada, Quetzalcóatl y Tláloc”. En: Cuadernos Americanos, n 1, pp. 161-178, México.1947

-”Notas sobre sistemas de cultivo en Mesoamérica, cultivos de riego y humedad en la cuenca del Río de las Balsas”.En: Anales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, vol.III, pp. 85-113, México.1949.

-”Teotihuacán, Tula y los toltecas: las culturas posarcaicas y preaztecas del centro de México. Excavaciones y estudios, 1922-1950″. En: Runa, vol.III, pp. 37-70, Instituto de Antropología, Universidad de Buenos Aires, Argentina.1950

-”Tecnología, formaciones socioeconómicas y religión en Mesoamérica”. En: The civilizations of Ancient America:Selected Papers of the XXIXth International Congress of Americanists, pp. 19-30, The University of Chicago Press.1951

-”Aztecs”. En: The Encyclopedia Americana, vol.2, pp. 692-693, Nueva York. 1953

-”Palenque”. En: The Encyclopedia Americana, vol.21, p.140-141, Nueva York. 1957

-”Condiciones ambientales y movimiento de pueblos en la frontera septentrional de Mesoamérica”. En: Homenaje a Fernando Márquez Miranda, pp.62-82. Publicaciones del Seminario de Estudios Americanistas y el Seminario de Antropología Americana, Universidades de Madrid y Sevilla, Madrid. 1964

-”Los orígenes del cultivo en el Nuevo Mundo: Antecedentes y procesos de desarrollo”. En: Actas y Memorias del XXXVI Congreso Internacional de Americanistas, vol.1, pp.175-180, Sevilla. 1966
-”Volumen y forma en la plástica aborigen”. En: Paul Westheim et al. Cuarenta siglos de plástica mexicana: arte prehispánico, pp. 187-260, Editorial Herrero, México1969. (traducido al inglés con el título de Prehispanic Mexican Art, por Paul Westheim y otros, Putnam, Nueva York, 1972).
-”Archaelogical Survey of the Barbarian Frontier of the Aztec Empire”. En: American Philosophical Society Year Book 1974, pp. 561-563, Philadelphia.

-”Volumen y forma de la plástica aborigen”. En: 40 siglos de arte mexicano, 2a.ed., v.2, México.1981

BIBLIOGRAFÁA

ASCUNCE José Ángel; “Pedro Armillas : la ciencia antropológica como apuesta personal”. En: Diario Vasco. San Sebastián, 9 de Abril 1991

SAN MIGUEL Maria Luisa; Pedro Armillas: La ciencia como norma de vida. En: Mundaiz. N 48, San Sebastián julio-diciembre 1994, pp.85-98.

Autor: José Ángel Ascunce

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